En el marco del cuarto Encuentro Nacional de Mixed Ability Rugby & Hockey, organizado por el Club Inka, la Pre Mix del nuestro club partió el viernes 3 de diciembre a la ciudad de Neuquén.
Hacia allí, un grupo fuerte y bastante heterogéneo de 22 jugadores, con jóvenes que van desde los 71 a los 11 años, fuimos con la firme certeza de dejar bien alto los colores del club y mostrar una vez más que no existen límites ni imposibles cuando nos juntamos para jugar el partido de nuestras vidas.
Alguna vez alguien escribió acerca del último partido de rugby y nos demostró que ese partido no existe. Porque todos los que alguna vez entramos a una cancha nunca dejamos de jugar.
El viernes 3 con cara de haber dormido poco la noche anterior, nos juntamos en Aeroparque, algunos con la ansiedad y el nerviosismo de viajar por primera vez sin su familia, otros con la alegría de saber que la aventura estaba por comenzar.
Un viaje con el equipo nacional de Las Lionas movilizo a muchos que se sorprendieron por tan grata compañía.
Al mediodía ya estábamos instalados en el hotel y luego de un breve descanso fuimos al club anfitrión, el Neuquén Rugby Club, donde hicimos una practica liviana y reconocimos el terreno, expectantes por la jornada del sábado de rugby que ya estábamos por vivir.
El sábado fue el día perfecto que todos los que amamos el rugby queremos vivir. Una ceremonia de inauguración impecable, donde cada una de las delegaciones fue ingresando a la cancha. Cantamos el himno nacional y el himno de la provincia de Neuquén y nos largamos a jugar.
Jugamos durante todo el día con nuestros amigos de los Pumpas, de Rosario, San Juan, Mendoza, Río Cuarto y Neuquén. Todos ganamos y cada uno de los equipos aseguro que había salido campeón del encuentro.
Y nada más cierto que eso. Todos ganamos. Nosotros en particular con la fuerza de Nico, las corridas y los tackles de José María, la firmeza de Fran, Martín y Salva, el despliegue de Iñaki, la habilidad y certeza de Juan Cruz, la desfachatez de Floqui y la fiereza de Simón y Gonza. Asistidos por Marcocho, Fito, el Guaso, Elvis, el Negro, Agus, Gustavo y Juanjo. Comandados por el gran capitán Mati y su segundo, el indomable Borja. Todos bajo la atenta mirada del director general Popi y su mejor acólito Carlos.
Quizás dos momentos que muestran lo grandioso del encuentro fueron los rituales a los que todos nos sometíamos bailando al ritmo del cuartetazo previo a cada partido. Y el último partido, con veinte y pico de jugadores en cada equipo donde un jugador rosarino acompaño a Nico en este partido que será muy difícil de olvidar para todos los que tuvimos la dicha de vivirlo.
Y como el día aún no terminaba, nos subimos al ómnibus rumbo al hotel. Ver el partido de la primera prendidos a los celulares, rodeados de fanáticos cubanitos que no pensábamos bajarnos hasta la pitada final y festejar el pase a la final del Top 12 a la vera del río Limay, es una sensación única que también nos llevamos de ese día.
Nuestra entrada triunfal a la comida de la noche en el club, recibiendo los aplausos como si fuésemos quienes jugamos en San Isidro, fue el broche de oro para un día que no vamos a olvidar.
El domingo a la mañana volvimos al club para una ceremonia final que nos emociono y nos toco la vibras más intimas a cada uno de los que estábamos ahí.
Juan y María José Migliore entregaron al club anfitrión un cuadro con una camiseta de Juanqui, como el reconocimiento al club que formo al jugador que nosotros tuvimos la suerte de disfrutar y vive en cada una de las canchas donde hay una camiseta de Cuba y una ovalada. El aplauso y el cariño de todas las delegaciones nos demostró que él había vuelto a correr por esas canchas donde comenzó su partido.
Y la entrega de la camiseta de San Agustín de Rosario a Nico, nuestro jugador más nuevo, que es ciego de nacimiento pero con una claridad en el alma y una bravura en cada una de sus embates, fue un cabal reconocimiento que en el rugby no existen los límites y que al rugby lo jugamos todos.
De ahí fuimos al club Italiano donde Juan y María José nos agasajaron con un gran asado y finalizamos muchos dentro del río.
Algunos volvieron a Buenos Aires y otros nos quedamos hasta el lunes a la tarde.
Así vivimos esta gira donde 22 fuimos a Neuquén, pero muchos más de la pre mix y de todo el club nos acompañaron desde acá.
Gracias a todos los que con sus aportes posibilitaron que nosotros pudiésemos cumplir un sueño.
Gracias a Marcocho, Andy y Juanjo, quienes se animaron e invitaron a cada uno de nosotros a participar.
Y gracias a todo este grupo maravilloso de jugadores, hombres con un corazón inmenso de niños, que nos permiten que todos los sábados entremos a la cancha a seguir disfrutando del rugby y nos aceptan y nos dan mucho más de lo que nosotros podemos darles.
Visibilicemos cada una de las diferencias que existen entre todos. Porque conociendo y aceptando a cada uno en particular, podremos tener una mejor vida y una mejor sociedad.
Hernan Perez De Maria