El pasado fin de semana la M-12 hizo su gira 2017, visitando al gran Jockey Club de Rosario.
El pasado fin de semana la M-12 hizo su gira 2017, visitando al gran Jockey Club de Rosario. El equipo formó con 109 chicos y 17 entrenadores. Se necesitaron dos colectivos y dos autos para movilizar a esta gran M-12, que desde el arribo al punto de partida del viaje, en la sede de Nuñez, hizo notar las ganas de compartir otro fin de semana para afianzar una amistad que viene creciendo año a año gracias al rugby.
El viaje se hizo más corto de lo que es. Los bondis se transformaron rápidamente en kioscos ambulantes. Y los cantos cubanos no se hicieron esperar. Los peajes fueron una buena oportunidad para que los chicos pudieran demostrar lo mejor de sí.
El Liceo Aeronáutico de Rosario nos recibió con un mirage en la puerta que, pese a sus años, asombró a todos. El alojamiento fue sencillo pero digno: lo justo y necesario para albergar a la numerosa M-12. Varias hectáreas para correr y “mega” cuartos con interminables filas de camas que eran una invitación para no dormir. Cada uno eligió rápidamente su trinchera y sin perder el tiempo salimos a jugar unas tocatas. En el comedor de los liceístas disfrutamos de unas buenas milanesas con puré, escrupulosamente racionadas.
Después de evocar los valores cubanos y el épico campeonato del 2013, y de subrayar los cuarenta “y pico” de años que demandó la espera, fruto del trabajo y del respeto por la camiseta, el “General” dio la orden de rigor: a la cama. Como no podía ser de otra forma, pese a la presencia de varios entrenadores en todos los cuartos, las luces apagadas eran una fuerte motivación para el incesante chiste anónimo y la carcajada general. El sueño se hizo esperar durante un buen rato, pero finalmente llegó a una hora más o menos razonable.
El desafiante café con leche de la mañana sólo fue probado por algunos valientes, pero no sobró ninguna medialuna. Como siempre en nuestras giras, CUBA llegó primero a las canchas, bien temprano. Sólo después de un intenso precalentamiento llegaron los rivales.
Para satisfacer la demanda rugbística de la M-12 el Jockey invitó a Gimnasia y Esgrima de Rosario. Los partidos fueron muy entretenidos y CUBA demostró una vez más que su semillero es cosa seria y fuente de preocupación segura para los planteles superiores venideros.
El anfitrión fue de lujo, para imitar. Además de compartir su parrilla con todos los chicos que después de comer sus hamburguesas intentaban rescatar algún chori extra, prepararon un generoso tercer tiempo para entrenadores. Y como si esto fuera poco, nos emocionaron con un sentido homenaje a nuestro querido Bernie Miguens, inmejorable embajador cubano, recordando sus virtudes deportivas y humanas y su participación en los “Barbarians”, entregándonos una carta y un libro como recordatorios. CUBA, por su parte, devolvió la gentileza con una placa recordatoria y otros regalos en agradecimiento, que fueron muy bien recibidos.
El tercer tiempo se transformó en cuarto, porque los anfitriones subieron la vara al abrir las puertas de su exclusivo bar “VIP” a todos los entrenadores, quienes –obviamente- no lo desaprovecharon. Su generosidad y buena onda nos hizo sentir realmente como en casa. Mientras tanto, los chicos sumaban bonus amistad usando todos los espacios de las envidiables instalaciones del club anfitrión.
Después de ver por TV –y sufrir- la derrota de nuestro plantel superior, empezaron a caer algunas gotas y nos resignamos a abandonar el lujo para volver a las austeras barracas liceístas. El gimnasio cerrado sirvió como nuevo escenario para seguir jugando con la ovalada, aunque también se coló la redonda para un fútbol-voley. Después de comer los chicos aprovecharon para higienizarse, pero no en las duchas. Talco y crema de afeitar fueron los elementos más usados…en seco. Los cuartos quedaron nevados y los chicos también. Y al rato se empezó a notar la desigualdad energética, generacional: los entrenadores “rotos” sólo podíamos mirar a los chicos mientras éstos seguían cantando, saltando y corriendo como si el día recién empezara. Increíblemente, en algún momento se durmieron.
La mañana siguiente fue un acertado coletazo de las célebres olimpíadas cubanas: pañuelito y cinchada fueron los elegidos para seguir disfrutando y no desaprovechar ni un minuto. Después vinieron las carreras de velocidad por equipos y el drop-basket, una especialidad que algún reconocido entrenador intentó imitar sin mayor éxito. Nadie pudo aburrirse.
Antes de partir, los chicos dieron muestras de los valores cubanos –previa gentil invitación- al ordenar y limpiar los cuartos. El viaje de vuelta fue lo más tranquilo de esta increíble gira.
En suma, esta gira es otra excelente foto que se suma al álbum de grandes vivencias y recuerdos de la 2005, que cada día es más amiga y juega mejor!
Cuándo es la próxima gira? - preguntaban los chicos antes de bajarse de los bondis…Aguante la 2005!!!!!